La obesidad como problema social y económico.
Si has llegado hasta este blog posiblemente uno de los temas que más pueda interesarte es la obesidad, la reversión de la misma o su prevención, entre otras cosas. Todos estos aspectos, de un modo u otro, han sido tratados en este blog centrándose en aspectos concretos (el picoteo, la obesidad infantil...).
Ahora voy a permitirme el lujo de invitar a la reflexión.
Empecemos pensando en la obesidad como lo que es: un problema de salud provocado por un exceso de acumulación de grasa en el cuerpo. Esto es evidente, y la mayoría de la gente, si no lo conoce, al menos intuye por donde van los tiros. El siguiente paso sería preguntarnos las causas, los porqués, a grandes rasgos, de esa situación: exceso de ingesta (comer más de lo que gastamos) o falta de actividad física (gastar menos de lo que comemos).
Ahora voy a permitirme el lujo de invitar a la reflexión.
Empecemos pensando en la obesidad como lo que es: un problema de salud provocado por un exceso de acumulación de grasa en el cuerpo. Esto es evidente, y la mayoría de la gente, si no lo conoce, al menos intuye por donde van los tiros. El siguiente paso sería preguntarnos las causas, los porqués, a grandes rasgos, de esa situación: exceso de ingesta (comer más de lo que gastamos) o falta de actividad física (gastar menos de lo que comemos).
Esto visto así puede parecer muy simple, y en parte lo es. Los mecanismos para saber cuánto es lo que estoy ingiriendo y cuánto es lo que debería o para saber cuánto estoy gastando y cuánto debería gastar son más complejos, no mucho más, pero no es el tema que estamos tratando en este post (lo podremos tratar en el futuro si queréis).
Ahora bien, ¿por qué esa ingesta desmedida? Una versión simplista nos invita a pensar que la causa es la dejadez o por lo menos el desconocimiento. Pero pongamos un ejemplo: un niño que almuerza a la hora del recreo un bollo de chocolate. No es lo aconsejable, ni mucho menos, y es una situación en la debemos intervenir pero si tratamos de buscar un poco más profundo, ¿puede que encontremos una razón más compleja acerca del almuerzo del niño?
A mi se me ocurren varias situaciones. Además de las ya citadas como el desconocimiento o la dejadez, que serán la causa en muchos de los casos, imaginaos la siguiente escena: unos padres con unos ingresos mínimos haciéndose cargo de uno o varios niños, con los gastos que conllevan, hipoteca, pago de un coche, facturas, etc. ¿Creéis que esos padres no saben que esa opción no es la adecuada? Posiblemente lo sepan. Saben que hay mejores opciones pero también menos asequibles, por lo tanto la cuestión es, ¿esta opción puede hacer que mi hijo pueda almorzar todos los días? ¿Incluso a final de mes?
Pongamos que a la situación anterior le tenemos que añadir que esos padres trabajan ocho o más horas al día, posiblemente no solo en un sitio, que tienen una hora desde el trabajo a casa y viceversa. Se combinan por lo tanto dos circunstancias: falta real de tiempo y falta real de ingresos. En primer lugar, ¿cómo afecta esto a su alimentación? Poco tiempo para cocinar, imposibilidad de adquirir cierto tipo de producto fresco decantando la balanza hacia el procesado y además la situación de estrés propiciada por todo lo anterior. No creo que haga falta decir el resultado de esa bomba de relojería. En segundo lugar, ¿cómo repercute esto a la falta de actividad física propia y a la de los que están a su cargo? La influencia en la propia es evidente. No creo que después de todo el día trabajando, la ida y la vuelta, hacerte cargo de tus hijos... lo que te apetezca al terminar el día sea ponerte las deportivas y echarte a la calle a correr. Por otro lado repercute también en las personas a tu cargo. ¿Cúal es la manera habitual de iniciarse en el deporte para niñas y niños? Educación física (con cada vez menos horas y de esas horas cada vez más horas teóricas) y actividades extraescolares. Centrémonos en las últimas. Su coste de manera aislada puede parecer asequible para cualquiera sin embargo, ¿lo es si lo añadimos al compendio de gastos soportados por los ingresos de esta familia? Y además, ¿cabe la posibilidad de que no haya opción, por cuestión meramente temporal, de que estos padres puedan llevar a sus hijos a dichas actividades?
Debemos ampliar nuestras miras cuando abordamos esta patología. Si bien, cada vez más, se ejecuta una pedagogía en cuanto a nutrición y alimentación, debemos también enfrentarnos a todos los factores que desembocan en la obesidad. A menudo, cuando estudiamos estos factores y más en concreto los factores referentes al estilo de vida, nos olvidamos de los factores económicos y mucho más a menudo de la conciliación familiar. No pretendo dar con esto argumentos a favor de quién consume o hace consumir de manera habitual productos procesados, ni mucho menos. Esta pedagogía se debe seguir haciendo y aumentando, corrigiendo los malos hábitos sustituyéndolos por otros saludables. Pero la corrección no acaba ahí. Se debe trabajar para que las familias de clase obrera, cuyo trabajo les quita casi todo el tiempo pero a cambio no les otorga unos ingresos con los que hacer frente a los gastos básicos ni mucho menos la posibilidad de tomar decisiones saludables, tenga la posibilidad de hacer frente a la prevención de esta enfermedad de la misma manera que otras con mayor poder adquisitivo.
¿Qué dice de nosotros como sociedad criticar a unos padres porque su hijo que se come un bollo pero no criticar que ese padre o madre deba pasarse diez o más horas fuera de casa para que a final de mes los ingresos recibidos por ese trabajo no le permitan tomar dignamente "decisiones saludables"? ¿Debemos reflexionar acerca de si un sistema que no garantiza la igualdad de condiciones, o al menos la igualdad para llegar a las herramientas que nos garanticen la prevención de patologías como la obesidad, es el adecuado?
GUILLERMO LÓPEZ EGEA
No te voy a negar que seguro que hay un sector de la sociedad en esas condiciones que mencionas en tu reflexión, pero me parece que lo estás llevando a un enfoque de justificación y a un extremo de la sociedad. Hay más desconocimiento y falta de organización en todo esto que propones que realidad social.
ResponderEliminarDecir que este caso es habitual me parece mucho decir. Para familias en situaciones tan precarias hay opciones como la cocina económica y otras.
Lo cierto es que mucha gente cree que los ultraprocesados son bastante más baratos que la "comida sana" y que no tienen otra opción que recurrir a ellos. Nuevamente, la industria alimentaria se ha encargado de "convencernos" de que somos una sociedad sin tiempo, y que en esta vida loca es más fácil y barato recurrir a platos y snacks preparados. Y nos engañan diciéndonos que son cada vez más saludables. Lo cierto es que no es así. Me permito la licencia de tomar datos de un artículo del nutricionista Carlos Ríos:
https://www.alimente.elconfidencial.com/consumo/2018-06-11/caro-comer-comida-real-problema-percepcion_1572622/
Como ves, es cuestión de organizarse y no dejarse llevar por la comodidad y por lo "atractivos" que puedan parecer los menús de comida rápida. Y a la larga resultará incluso más barato en cuanto a salud, porque los niños crecerán más sanos y con menos problemas. Seguramente no será tampoco el menú más completo o ideal, pero siempre será mejor preparar la comida en casa con alimentos reales que comprarlo todo hecho. Y ten por seguro que, si la comida que viene ya preparada es más barata, los ingredientes que usarán distarán mucho de ser más saludables que unas patatas o una buena legumbre. Para terminar con este apartado, te diré que en la posguerra española había bastante más escasez que ahora, que mucha gente se alimentaba a base de patatas cada día, o de alubia o lentejas, porque no había otra cosa, y no presentaban los niveles de enfermedad que hay hoy día, ni tan jóvenes.
En cuanto a actividades extraescolares, te diré que no es necesario apuntar al niño a algún deporte. Los niños siempre han sido movidos, al menos cuando yo era pequeña. No parábamos quietos, y sin pertenecer a ninguna federación de ningún deporte, pasábamos los recreos, las tardes libres y los fines de semana jugando en la calle sin parar, con tan solo un balón (si tú no lo tenías, alguno de tus amigos sí), una cuerda o una goma. O al puñetero "pilla-pilla". Pero nos movíamos "gratis". Así que tampoco me parece excusa. Me parece que los tiros van por otro lado: apenas hay un crío sin móvil (que ya me dirás para qué necesita un móvil de última generación un mocoso de 10 años), o consolas de videojuegos, y es más fácil tener al niño calladito y formal si está delante de una pantalla. Y que parece ser que hay que presumir de que el niño juega en uno u otro equipo de yo qué sé qué...Mucha tontería es la que hay.
Así que, sí, seguro que hay gente que lo pasa realmente mal. y contra ellos no voy a hacer crítica alguna, es más, faltan ayudas. Pero ayudas coherentes, no como la reciente ocurrencia de la presidenta de Madrid, Isabel Natividad Días Ayuso:
https://www.eldiario.es/madrid/Telepizza-Rodilla-comedor-hamburguesas-sandwiches_0_1006850339.html
Como ya comenté en mis post, la sociedad hoy en día está más acostumbrada a lo rápido y cómodo, y a justificarse rápidamente. Aún con un presupuesto ajustado es posible comer sano sin tener que recurrir a los ultraprocesados. Todo es cuestión de saber organizarse, de educación al respecto, que hace mucha falta, y de hacer menos caso a la tele y sus anuncios. Al final depende todo también de establecer las prioridades adecuadas.
https://www.abc.es/sociedad/abci-tasa-pobreza-espana-septima-mas-alta-europa-201910161228_noticia.html
ResponderEliminarCuando en tu país hay un 26% de personas en riesgo de pobreza hablar de un extremo de la sociedad corresponde a tomar como extremo la cuarta parte de la dicha sociedad (para ser un extremo, me parece un extremo bastante grande). Por lo tanto si 1/4 es suficiente para tomar algo como habitual es algo que debe evaluar cada uno y cada una.
No es la industria alimentaria la que hace que una persona salga de su casa a las 7 de la mañana y vuelva a las 7 de la tarde. Somos una sociedad sin tiempo por el sistema económico que nos rige, ni más ni menos. Pensamos que estamos en la posición de tomar decisiones pero a día de hoy lo único que te pone en el privilegio de decidir es el dinero.
Repito, porque ya lo digo en el post, que no es esto una justificación para nada, es una explicación de una causa de obesidad, que casi siempre se pasa por alto. Porque es más fácil recomendar semillas de chía que recomendarle a la gente que luche por sus derechos. La conciliación laboral no debería ser un lujo, debería ser un derecho. La posibilidad de tomar decisiones saludables, lo mismo.
¿Cuestión de organizarse? Cuestión de organizarse es llevar a tu hijo a la guardería, ir después a trabajar, comer en el trabajo en 20 minutos, seguir trabajando, pasar por el supermercado, recoger de la guardería y llegar a casa. Todo ello financiado, en el mejor de los casos con 950€.
Se nos mete en la cabeza que tenemos que tener conciencia "Realfooder" y se nos olvida tener conciencia de clase. Cuando lo que tienes es hambre tu lo que quieres es no tener hambre, no un menú que sea casi completo y es inmoral reprocharle esa elección a nadie.
En cuanto a la actividad física debo señalarte que, con motivos o no, eso que lo señale cada uno, a día de hoy el hecho de que los niños jueguen en la calle a temprana edad solos es algo que cuanto menos es complicado. Nadie le manda a su hijo a la calle desacompañado con según que edades. Y lo del móvil me hace gracia. Nos quejamos de que estén demasiado con el móvil de manera habitual pero no rara vez nos quejamos de que les bombardeen con publicidad que les incita a ello día sí y día también. Otra vez criticamos al débil pero nos ponemos de lado con el poderoso.
Con el deporte, además de presumir de si uno juega aquí o allá, lo que me parece una burda generalización, se aprenden una serie de valores. Y no solo eso, se crea hábito desde pequeño en la ejecución de deporte y se asocia al deporte con la diversión.
De Diaz Ayuso no voy ni a perder el tiempo en hablar, eso sí, es del mismo partido que implementó la última reforma laboral que hace que los obreros pierdan derechos y que eso repercuta, entre otras cosas, en su estilo de vida. Pero es más fácil criticar comer un bollo que criticar eso.
Para terminar diré que estoy de acuerdo totalmente en que hace falta educación al respecto, mucha más, pero esa educación debe surtirse de medios que puedan llevar a cabo las acciones aprendidas en esas lecciones.
Tus prioridades adecuadas son las que son según tu nivel adquisitivo.
Un saludo Ana, gracias por la respuesta.
Únicamente con el ánimo de aportar algo más a este post veo necesario hacer más hincapié en una buena educación.
ResponderEliminarMuchas veces por mero desconocimiento de cuál debería ser una nutrición adecuada las familias crían a sus hijos en un ambiente poco saludable. El problema no solo reside en que no sepan seguir una alimentación equilibrada, si no en que muchas veces piensan que lo están haciendo de la manera correcta. Pienso que este tipo de educación debería iniciarse en ambiente familiar y que los colegios deberían ser una extensión de esta. De ser al revés por mucho que eduques a los hijos en los colegios estos van a llegar a casa y, aunque intenten imponer las reglas aprendidas en él, en última instancia se hará lo que los padres decidan.
Es más fácil que los padres eduquen a los hijos que a la inversa.
De acuerdo en eso. El desconocimiento es sin duda una de las causas.
EliminarDe toda la vida ha habido "poderosos" y humildes, o pobres, o como quieras llamarlo. Y publicidad que bombardea a todas horas. Luego está el criterio de cada uno para decidir. Digamos que nunca me ha faltado nada, pero tampoco me ha sobrado. Y sé lo que es decidir y elegir. Quizá parto de la base de que tengo la suerte de haber tenido padres con cierto nivel de "cultura", educación o como quieras llamarlo. Al final me parece la base de toda esta discusión. Abusones y gente que no piensa en los demás siempre habrá, pero tampoco puedes justificarte en eso. La lucha activa no solo se ejerce en las urnas, también con los actos diarios de cada uno. Y no hablo de recomendar chía. Hablo de que unas patatas a la riojana son un plato saludable y barato, y es mejor opción repetir más de un día ese plato que comer una pizza ultraprocesada. Y es poner los ingredientes en la olla y listo. Si los consumidores elegimos comprar activamente y compramos comida de verdad y rechazamos los ultraprocesados, tenemos el poder de cambiar las cosas. Y la comida real no es tan cara como pretenden hacernos ver. Lo ideal sería el tipo de alimentos de los que hablo en mis post, pero si eso no es posible, siempre será mejor un paquete de arroz blanco con tomate natural y un huevo que una hamburguesa del "Borriquín", y como ese, miles de ejemplos.
ResponderEliminarMe parece que apoyas más al poderoso comprándole al niño el móvil porque todos sus compañeros lo tienen, que negárselo dándole las razones adecuadas, y dándole opciones mucho más creativas y que a la larga le serán más útiles que publicar fotitos en instagram dentro del circuito de borregos que los poderosos en silencio aplauden porque tiene a todo el mundo quejándose en las redes y quietecitos en sus casas.
Nadie más que yo está en contra de esos poderosos de los que hablas, pero en la medida de mis posibilidades, respondo con hechos, con actitud de vida.
Es cierto que ya no hay tanta tranquilidad como había antes para dejar a los niños jugando solos en la calle, otra de las razones para seguir peleando, pero no todos los niños están en esa situación, siempre se pueden buscar opciones, como educar a los niños, que jueguen juntos en grupo, ludotecas, las vacaciones en el pueblo, los patios de los colegios...
Que si te vas a poner negativo, estás dando la razón a los poderosos, como tú los llamas.
Mientras no entiendas que las decisiones que alguien puede tomar dependen de los recursos que una persona posee no podremos salir del debate sobre qué es una alimentación adecuada, en el que a grandes rasgos seguramente coincidamos. Y esa sí que es la verdadera base de la discusión.
EliminarSi tu no dispones de los recursos básicos (dinero y tiempo) tu educación o cultura puede ser la que quieras, pero no la vas a poder llevar a cabo. Dale una renta digna a cada a familia que provenga de su sueldo y una conciliación familiar adecuada y ya verás como cambian los datos. Lo que tu llamas justificación se llama realidad y cuando una realidad es injusta hay que señalar a la injusticia, no culpar a las víctimas. Una gran parte de la población no elige ultraprocesados por gusto sino por echarse algo a la boca y sino no lo crees te invito a buscar estadísticas de obesidad en barrios "ricos" y en barrios "pobres".
No es negatividad, es realismo. Los "poderosos" están mucho más contentos cuando nos señalamos entre nosotros que cuando les señalamos a ellos.
Por mi parte zanjo el debate aquí ya que la base de la que estás partiendo, a mi modo de ver, no es sobre lo que hay que cimentar este debate.